Transitando otra vez por rutas peligrosas

Opinión. El voto autodestructivo, las condenas, el futuro de Argentina

Gilda

El 7 de septiembre de 1996 la cantante Gilda, parte de su familia y músicos transitaban por la ruta 12 en Entre Ríos no muy lejos del acceso a Paranacito cuando chocaron de frente con un camión. Ese día triste la artista se convirtió en santa y leyenda cuando su vida y la de varios de sus acompañantes concluyó abruptamente.

Podríamos decir que fue una desgracia o cosa del destino, algo que muchas veces les sucede a estos artistas que de día y de noche recorren kilómetros y kilómetros de show a show a veces sobreexigidos en su agenda.

Pero en este caso había una particularidad, este accidente sucedió en la que era conocida como la “ruta de la muerte”, es decir la ruta 12 y su continuación en la ruta 14 a partir de Ceibas, la que es la ruta principal del Mercosur, y que une las dos ciudades mas grandes de Sudamérica, San Pablo y Buenos Aires.

Esta ruta siempre está plagada de camiones y desde Gualeguaychú a Zárate, en donde aparecen otras rutas, se presenta como única opción en el recorrido entre las dos grandes ciudades sudamericanas y sus áreas de influencia.

En ese mismo año 1996 Caminos del Río Uruguay, empresa que tenía concesionada la ruta del Mercosur desde 1990 renovó por 28 años la concesión con la condición de convertir en autovía de dos carriles por mano el tramo Zárate – Gualeguaychú. La concesionaria avanzó con las obras hasta Ceibas en 1999 y luego la construcción se detuvo.

Fue recién en 2006 cuando el gobierno nacional que ya estaba iniciando la construcción de la autovía 9 Rosario – Córdoba decidió encarar la extensión de la autovía mesopotámica hasta la ciudad de Paso de los Libres en Corrientes, construyendo la totalidad del recorrido de la ruta 14 en la provincia de Entre Ríos. Se hizo con fondos nacionales y con créditos del BID. En 2014 se inauguró el último tramo de esta ampliación hasta la provincia de Corrientes.

El responsable de llevar adelante estas obras era el ministro Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, cargo que ocupó Julio De Vido durante los gobiernos de Nestor Kirchner y Cristina Fernández. De Vido tenía como funciones principales en el cargo definir y ejecutar políticas de infraestructura, vivienda y servicios públicos; elaborar y ejecutar el Plan Federal de Inversión en Infraestructura y Equipamiento; y regular la inversión pública y la actividad de empresas privatizadas o concesionadas. 

El ex Ministro de Planificación Julio De Vido (infobae)

Durante la gestión de De Vido como ministro se aumentó 51% la capacidad generadora de energía eléctrica del país, se avanzó en energías alternativas, se interconectó el tendido eléctrico nacional, se terminó Atucha II y se avanzó en el programa nuclear (algo que el gobierno actual quiere privatizar aunque da ganancias), se terminó la represa Yaciretá, se construyeron 1300 km de nuevas carreteras, pavimentaron 4100 km de rutas nacionales, además de viviendas, agua potable, extensión de la red de gas entre otras obras.

Según el mismo De Vido durante su gestión se realizó algo así como 109.000 millones de dólares en obras públicas. Parece una cifra grande y lo es, se puede ver en las obras realizadas. Sin embargo es menos que la deuda que el ministro Luis Toto Caputo tomó durante su gestión en el gobierno de Mauricio Macri como Secretario y Ministro de Finanzas, deuda que se destinó a la timba financiera y a la fuga de capitales y no se tradujo en obras pero si le quedó el peso de pagarla al pueblo argentino.

Hace unos días se ordenó la detención de De Vido por una nueva condena (ya cumplió la pena de cárcel por otra). Es una de esas causas de nombre rimbombante, fogoneadas por los medios y en donde la conexión directa entre el delito y el funcionario es difícil de establecer.

El ver la repercusión a la noticia en las redes sociales me motivó a hacer esta reflexión. Varias personas festejaban en los perfiles de los medios de Gualeguaychú. Mi primera reacción fue el enojo, pero el enojo y la grieta es lo que se busca generar y ese no es el camino a seguir, ya bien lo decía Martín Fierro hablando de hermanos, en este caso de nacionalidad.

Pensé en que esas personas, algunas añosas, seguramente habrán arriesgado su vida en la ruta de la muerte alguna vez que hayan tenido que viajar a Concepción, Concordia o Buenos Aires hasta que una gestión política hizo la obra de la autovía y el viaje se volvió seguro.

Estoy seguro que todas esas personas que festejaban votaron a Milei, que prometió abandonar la obra pública y lo hizo. Si bien la ruta tenía recurrentemente el problema de las huellas que dejaban los camiones, después de dos años de abandono aparecieron agujeros que para la velocidad a la que se transita por la autovía pueden ser muy peligrosos. Entonces cuando esas mismas personas tengan que salir a la ruta se encontrarán nuevamente con condiciones similares a las que había antes de la autovía, una ruta potencialmente mortal. Una conducta autodestructiva manifestada en el voto.

Ruta 14 cerca de Ceibas, septiembre de 2025

Con respecto a las condenas se puede inferir que la balanza de la justicia o más bien del poder judicial se inclina siempre para el mismo lado. Históricamente muchos de los dirigentes que han gestionado por la soberanía o por el bienestar del pueblo terminaron proscriptos, acusados por corrupción o algo similar, presos, exiliados o marginados: Belgrano, San Martín, Moreno, Rosas, Yrigoyen, Perón, Ramón Carrillo.

Más recientemente también los que se atrevieron a confrontar aunque sea mínimamente con el poder fueron disciplinados: la misma Cristina, el mencionado De Vido, Boudou que terminó con el negociado de las AFJP para poder reasignar los fondos jubilatorios al pueblo y no a un grupo de financieras buitres que invertían a pérdida y se quedaban con un porcentaje enorme de comisión, o Guillermo Moreno que además de cuidar a los consumidores argentinos le sacó el correo concesionado al grupo Macri que a pesar de ser una empresa multimillonaria nunca habían pagado el canon de alquiler. No puedo decir que sean inocentes o culpables de algo, solo que es claro que el poder judicial opera en una sola dirección. Del otro lado personajes como el antes mencionado Caputo después de hacer colapsar la economía en el macrismo con su ciclo de deuda se fue a tomar sol a una playa en Brasil mientras el país explotaba y ahora está de nuevo haciendo lo mismo con total impunidad con una banda de figuritas repetidas con prontuario lavado por el poder judicial, también en el gobierno.

Vivimos momentos difíciles, desde 2015 la política no da respuestas, luego de la estafa electoral del macrismo que prometiendo una revolución de la alegría en los hechos funcionó como un gobierno de ocupación extranjera entregando el país a la usura financiera y al fondo y destruyendo el entramado productivo, vino el gobierno indeciso y errático de Fernández que destruyó la imagen del peronismo como opción popular y soberana y ahora este engendro psiquiátrico que además de la entrega de soberanía y endeudamiento con las migajas que nos quedan también expone un discurso de crueldad que saca a la luz lo peor de la humanidad y que busca instalar el andamiaje legal para nuestra condición de colonia. Hasta el más distraído de los ciudadanos debería darse cuenta de lo llamativo que es que un outsider de la política haga todas sus medidas a favor de los más poderosos y ninguna a favor del pueblo.

Argentina es un país enorme y lleno de recursos, ya lo dijo un funcionario del actual gobierno, un tal Damián Reidel, un payaso que expresó esto en inglés pero mencionando que había un problema, que es que estaba lleno de argentinos.

Ya tenemos un 25% de nuestro territorio marítimo y terrestre ocupado por los ingleses y ojos codiciosos mirando nuestra extensión, nuestra Patagonia poco poblada, nuestros recursos naturales. No quieren nuestro desarrollo porque saben que nuestro destino es de potencia, quieren dividirnos en microestados débiles, tal vez en provincias independientes, y si es posible y necesario ocuparnos.

No es joda, mientras nosotros vivimos o sobrevivimos el día a día como si los países fuesen para siempre en otro lado están jugando las fichas. Basta con ver lo que pasó en Ucrania, un pueblo y una dirigencia confundidos pusieron a un fantoche en el gobierno y ahora el país está a camino de desaparecer o a perder mucho territorio.

Tendremos que encontrar una forma de organizarnos como comunidad y llevar al poder un proyecto de bienestar y desarrollo soberano.

Y ver como sumar a nuestros hermanos alienados, esos que se votan en contra y festejan cuando condenan al que hizo rutas para unir a la patria y la red eléctrica para conectar industrias y hogares.

El tiempo apremia. Argentina necesita encontrar nuevamente la autopista a la soberanía. O seguiremos transitando por esta ruta peligrosa de la destrucción del entramado social, la industria y la independencia, y eso ya sabemos cómo termina.

Autor: S. L.

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